Recuerdo haber ido a la capilla de San Cono desde niña con mis padres. Era un paseo para mí. No tengo que hacer mucho esfuerzo de memoria para recordar el aroma a manzanas acarameladas, algodón de azúcar y toda la mezcla de olores típicos de ferias y eventos populares. Mi madre me llevaba agarrada muy fuerte de la mano porque era tanta la gente que me podía perder. También recuerdo mis cachetes congelados y esa sensación de no poder moverte por tanto abrigo, medias de lana debajo de los pantalones, polera, un par de buzos y campera. Es que en Uruguay el invierno acostumbra a adelantarse y sobre el 3 de junio ya está instaladísimo para quedarse.

Así es, el 3 de junio no es un día más en la ciudad de Florida, a 90 km de la ciudad de Montevideo por la ruta 5. El 3 de junio es el Día de San Cono. Es una mezcla de festejo religioso con popular. Allí sobre la calle Coralio Lacosta se encuentran  miles de “devotos”, desde quienes hace años que llevan sus ofrendas hasta quienes apenas saben de la historia del Santo.

En esta oportunidad, he estado por la ciudad de Florida por otros asuntos y justo pasamos por la capilla. Como siempre ando con mi cámara de fotos y con esa sensación de “conocer y contar” me pareció que estaba bueno entrar, sacar algunas fotos y poder escribir algunas líneas sobre este fenómeno de San Cono, la fiesta popular y la fe.

Visitar un día cualquiera la capilla de San Cono, a mi parecer es bastante más agradable que el propio 3 de junio. No hay vendedores de manzanas acarameladas, pero hay mucha tranquilidad para observar y reflexionar un poco sobre el fenómeno de la fe, los milagros (si es que existen) y las promesas.

Qué es la fe? Es lo primero que se me viene a la cabeza, “es la confianza o creencia en algo o alguien”. Sin embargo, parece ser algo mucho más grande que el simple acto de creer. Parece ser un móvil en la vida de muchas personas y parece ser la razón por la cual miles de devotos de San Cono han llevado hasta allí cuantiosos objetos materiales que van desde un boletín de liceo, pasando por una camiseta de un cuadro de futbol, vestidos de novia hasta motos y bicicletas.

San Cono nació a fines del siglo XI en la localidad de Teggiano en la provincia de Salerno, en Italia. A los 18 años y un 3 de junio murió. Por el año 1590 fue beatificado y en el año 1872 fue canonizado.

En la ciudad de Florida había una numerosa colectividad italiana proveniente de la ciudad natal. Parece ser que los inmigrantes italianos habían sido fuertemente marcados en su niñez por la devoción a este Santo, protector, contra pestes, guerras, terremotos.

En el año 1882 mandaron a buscar a Italia una reproducción en madera de la imagen. En el año 1883, comenzaron con la construcción de la capilla donde se encuentra el santo actualmente.

A este santo le llaman “el santo de los quinieleros”. No sé cuanto hay en esto de cierto, lo que si sucede es que la banca de quinielas limita la jugada de este número y sus aproximaciones cuando se acerca la fecha.

También dicen que este Santo es muy interesado, ya que si se le pide una ayuda hay que prometerle (y cumplir) llevándole elementos materiales. Son miles y miles los objetos que se pueden ver en la capilla. Muchos de ellos acompañados de notas de agradecimiento que van desde ganar una carrera de caballo hasta cura de graves enfermedades.

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *